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Un ejercicio de acupuntura urbana, por Boamistura, en Historia del Diseño

Boamistura nos cuenta cómo la ciudad es un organismo vivo que muta constantemente con nuestra acción. Debemos ser conscientes de que la ciudad que hoy tenemos es la que otros, antes, han construido. Por tanto, la ciudad nueva será la resultante de nuestras interpretaciones. Para ello hay que conocerla, y para conocerla hay que recorrerla.


¿Conocemos realmente nuestra ciudad? no me refiero a sus monumentos o a sus calles principales, sino a todo aquello que la define y que no tiene forma ni escala determinada, a esos espacios que pasan desapercibidos. Los lugares que vivimos y en los que circulamos no desaparecen, quedan en nuestra memoria para ir redescubriéndolos. Para los griegos la esquina no solo era la manera de generar densidad urbana, sino una forma de introducir la sorpresa en un recorrido.


Descifremos nuestro espacio urbano. Cambiemos la forma de mirar para encontrar las áreas de oportunidad que se nos presentan. Hay que escarbar en el entorno que nos rodea. Para ello tendremos que darnos tiempo, entender la calle como espacio de disfrute.


Retrocedamos en el tiempo y volvamos a disfrutar lúdicamente de los trayectos: 1 "Los niños viven sus desplazamientos como una sucesión de momentos presentes, cada uno importante por sí mismo, cada uno digno de una parada, de una sorpresa, de un contacto. Y entonces los tiempos se alargan, los bolsillos de los niños se llenan de piedras, de hojas, de papeles y la mente se llena de imágenes, de preguntas, de nuevos descubrimientos. Y todo está junto: lo hermoso, lo nuevo, lo general y lo particular.”


Vamos a hacer una deriva Situacionista por la ciudad. A dejarnos llevar por ella. Derivares un valioso método para cartografiar e interpretar la ciudad. A diferencia de los Situacionistas que no tenían un rumbo fijo, nosotros vamos a crear un itinerario riguroso, propio, que nos haga volver a mirar los lugares por los que pasamos cada día. El recorrido ya no es el tiempo que tardamos entre un origen A y un destino B, sino el medio para crear una psicocartografía a partir de la cual definir nuestra nueva ciudad.


En “La Ciudad de Cristal, Paul Auster describe a un personaje que deambula erráticamente en un área muy precisa de Manhattan. Lo que al principio parecía un recorrido sin otro objetivo que su propio deambular, va a terminar por ser el dibujo de unas letras que el personaje está escribiendo con su movimiento sobre las calles. Cada día, a través del paseo, dibuja una única letra que al ser reunidas por su perseguidor acabarán formando parte del texto de un mensaje.

Nosotros haremos lo mismo.


PASOS DEL EJERCICIO:


-Escoger cada uno un poema, un micropoema, un texto, una canción que nos recuerde al lugar en el que vivimos.

-Extraer la palabra clave.

-Trasladarla al plano de la ciudad. Para ello, las manzanas nos servirán de base para escribir como los cuadrados de un cuaderno. De tal modo que una O será un recorrido perimetral de dos manzanas, sin cruzar la calle central, y una A serán dos cruces hacia arriba, una calle hacia la derecha, volvemos a bajar dos cruces y retrocedemos para hacer la calle intermedia y así dibujar el palito central.

-Analizar el espacio público de nuestro recorrido para descubrir los lugares en los que podríamos escribir alguno de los fragmentos del poema. No importa la escala de la intervención.

-Representarlo. Puede ser a través de fotomontajes digitales, dibujos o collage.




Actividad realizada gracias a las Ayudas a la Creación del Ayuntamiento de Madrid , la profesora Begoña Yanez, y lxs estudiantes de la Universidad Internacional de La Rioja

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